Nuestra próxima POPair se celebra el viernes 8 de diciembre dentro del Mad.Bear 2017… Y es por eso que aquí te hablamos de cinco cosas que tienes que hacer sí o sí en una KDD Bear.
Ay, si es que en la POPair hemos tenido el privilegio (o algo sí) de haber vivido el principio de todos estos saraos maravillosos que son las KDDs Bear… Al fin y al cabo, las nuevas generaciones nunca sabrán qué era aquello tan maravilloso de tener que esperar hasta las seis de la tarde en los mejores casos, hasta las doce de la medianoche en los peores, para poder conectarse a IRC y hacer algo que por entonces era totalmente novedoso: chatear y chatear y seguir chateando.
Ya lo ejemplificaron perfectamente Camela en aquel himno que fue “Amor.com“: el amor nacía si el router te lo permitía, si no llamaba alguien a tu casa y se te cortaba la conexión… También era un amor que podía morir si te pasabas dos semanas esperando a que la persona con la que chateabas escaneara una foto real suya, te la enviara a velocidad de un cuarto de foto por día y al final resultara que, mira, es que no era como te imaginabas. (Porque, básicamente, te habías imaginado a un chulazo empotrador y nada más lejos de la realidad.)
Así fue el amor -y el sexo- bear en la prehistoria de Internet. Un amor -y un sexo- marcado por el uso y el abuso de los chats de IRC que acabó desembocando en las KDDs: unos encuentros organizados para conocer a esa gente con la que habías chateado hasta la saciedad y a la que, sin embargo, todavía no habías visto la cara. Te pasabas medio año esperando el gran momento y, cuando llegaba, aterrizabas en el recinto oficial, te ponían una pegatina con tu nickname… ¡y a gozarlo! ¡Corre a por los chulos guiris, que si no te los quitan!
Mucho de aquel espíritu ha sobrevidio hasta KDDs como el Mad.Bear, y es por eso que hemos querido recopilar cinco cosas que todo el mundo debería hacer en toda KDD Bear. Bueno, en verdad son seis cosas que todo el mundo debería hacer en el Mad.Bear 2017: la primera es ir a nuestra próxima POPair… Y luego ya vendrían las cinco que siguen a continuación.
1. ASISTIR A LAS CENAS OFICIALES. Porque, a ver, ¿qué hay en el mundo que le guste a un oso más que comer? Bueno, vale: el cancaneo y la fiesta y el despiporre. Pero, oye, las cenas son siempre un momento ideal para conocer gente… Aunque al final todo el mundo acabe luchando contra la modorra y el sueño, dando mini cabezaditas sobre los postres.
2. RECORDAR LOS VIEJOS TIEMPOS… SI PUEDES. ¿No te ha parecido que la historia que te hemos contado de los inicios de IRC y las KDDs es súper romántica? Pues todavía puedes recuperarlo en fiestas offline oficiales en las que escriben tu nombre en una etiqueta y otras cosas para que te olvides del teléfono durante un ratito. Que a nadie le viene mal.
3. BAILAR PEGADOS ES BAILAR. Pues eso, que a una KDD como el Mad.Bear se va de fiesta… Pero, sobre todo, se va a estar de fiesta de la forma más ensardinada posible entre tus osazos favoritos, ahí, frotando la cebolleta cada vez que tengas ocasión.
4. ENAMORARTE DE ALGÚN GOGÓ. O del dj. O de los camareros. O del tipo de la puerta. O de los seguratas. O del primero que pasa… La cuestion es enamorarse cada cinco minutos porque, si no, ¿para qué carajo va alguien a una KDD Bear?
5. SOBREVIVIR… PARA EXPLICARLO. Al final, lo mejor de la KDD es reunirse con los colegas y comentar la jugada. Todos sabemos, eso sí, cómo funciona la cosa: si tu amigo dice que la KDD ha molado, es que ha follado como si no hubiera un mañana; y si dice que ha sido un rollo, es que lo único que se ha comido es lo de las cenas oficiales. Y ya.