Tras repasar los mayores temazos de los 90, las series más míticasde los 90 y los artistas de los 90… ¡¡Toca recordar las Cosas de los 90!!
Ya sabes que este viernes 7 de octubre los 90 invaden la Sala Tango porque en la POPair toca homenajear a la década prodigiosa. Y después de haberte enseñado la pedazo de playlist que se ha marcado ALBERTOTO, después de elegir las 10 series más míticas de esa época y los 10 artistas musicales que más marcaron la cultura pop… Ahora toca recordar lo que realmente nos avergüenza (o no) de esa época: LAS COSAS DE LOS 90!
Los 90 (me duelen ya los dedos de repetirlo) fueron la época en la que llegó internet, la globalización empezó a liarla y los ordenadores (y todo el mundo en general) se vino arriba. Además los 90 fueron los años en que descubrimos que cualquier cacharro electrónico que compráramos tenía una vida útil bastante lamentable (y eso no ha ido a mejor) porque cada poco tiempo aparecía un nuevo trasto que molaba todavía más. Los disquettes dieron paso a los cds que ahora usas para espantar palomas de tu balcón; los teléfonos dejaron de tener disco para tener botones… ¡¡BOTONES!! y algún desgraciado inventó los “BUSCA“, el primer paso hacia el no volver a tardar más de 1 minuto en contestar o se enfadan. ¡PESADAS!
Pues esa locura consumista no fue una cosa que se quedara solo en las maravillas tecnológicas que tu familia no podía comprar (y aún así, las tenías todas): los juguetes y las modas (de pago) comenzaron a durar menos que una canción de Björk y seguramente fue en los 90 cuando los abuelos y abuelas del primer mundo empezaron a soltar aquello de: “yo a tu edad jugaba con un palo y me entretenía todo el día“. Pero es que tus abuelos no tenían teles en las que estaban todo el día dando anuncios tan GUAYS como éste:
¿Nos equivocamos si decimos que LÍNEA DIRECTA era el juego de mesa que todos queríamos pero a ninguno nos lo compraron vete tú a saber por qué? Ya te digo yo que no. Pero aunque solo podíamos descubrir a qué chico le gustábamos cuando íbamos a casa de una amiga que lo tenía y le decíamos que queríamos jugar para reírnos de ella (cariño, no engañabas a nadie) hubo otros juegos de mesa que sí tuvimos. Como el Cocodrilo Sacamuelas, el Atmosfear (que le gritabas a la tele como si te escuchara) o el mitiquísimo ¿QUIÉN ES QUIÉN?
Sí amiga: EXISTE. Aunque fue una edición limitada para la MaricCon 2017
Por cierto: si un día estás con una amiga aburrida y no sabéis qué hacer, abrid el Scruff y ¡jugad al Quién es Quién con los tíos que os salgan en pantalla! ¿Tiene gafas? ¿Es calvo? ¿Se le marca el RABO? ¿Activo versátil? ¡Diversión asegurada!
Otro juego de mesa que todos teníamos (o teníamos un primo que lo tenía) era el Trivial Pursuit, el juego que nos sacó del armario porque solo éramos buenos en las preguntas de tele y famosos (las rosas, ejem). Y por supuesto un Monopoly al que nos encantaba empezar a jugar pero lo dejábamos porque ¿qué demonios era una hipoteca? Pero los 90 fueron los años en que los juegos de mesa se convirtieron en obras de ingeniería que tardabas más en montar de lo que duraba una partida. Y por eso existió La Herencia de Tía Agatha:
Y no me hagáis hablar de los scalextrix que ocupaban todo el salón:
Pero en los 90 llegó algo que ocupaba muy poco y nos tenía más entretenidos que todos los juegos de mesa del mundo juntos: LA GAME BOY.
Algunos seguro que en los 80 ya veíais a vuestros hermanos mayores (¡y a vuestras madres!) enganchados al Amstrad y saliendo de una habitación sin hacer ruido porque el cassette se está cargando y así no se cuelga. Pero los 90 fueron la década en que descubrimos que todo podía ser más pequeño de lo que ya era y las videoconsolas se colaron en todos los hogares. ¿Quién no tuvo una NES falsa con 250 juegos? Pues yo, que en mi casa compraron la original y teníamos 3 juegos. TRES.
Pero la verdadera revolución fue la llegada de las consolas portátiles (consolas, no maquinitas que solo tenían 1 juego que se basaba en 4 leds que se intercalaban). Y la GAME BOY no solo era la bomba (¡era pequeña! ¡los juegos iban en cartuchitos! ¡la pantalla era verde!), era BONITA. Bueno, era un tochito espantoso, pero era nuestro tochito y nos hacía felices y por eso ahora llevas una funda de móvil que simula ser una GAME BOY (por eso y porque te niegas a madurar, reconócelo).
Aunque para cacharro portátil, pequeño y adictivo… EL TAMAGOTCHI
¿Cuántas veces te echaste a llorar porque te habías olvidado de darle de comer? ¿Cuántas cacas llegó a acumular el tuyo antes de que lo limpiaras? ¿Y los gritos que pegábamos cuando se nos caía y parecía que habían matado a Lassie? Esa punzada de terror que sientes ahora cuando se te resbala el iPhone es lo que sentíamos nosotros cuando nos tirábamos a la piscina con el Tamagotchi en el bolsillo.
Y suerte si te tirabas con un Tamagotchi, porque como te tiraras con un NOKIA 3110 (que salió en el 97) ibas directo al fondo. El móvil: ese cacharro del demonio que empezó siendo enorme, luego pasó a ser minúsculo y ahora vuelve a estar de moda que no te quepa en ningún bolsillo.
Pero si hubo algo que realmente marcó nuestra infancia durante los 90… eso fue, sin lugar a dudas… los PIN Y PON. Bueno vale, y los Playmobil. ¿Es la granja de Playmobil? ¡Aquí es!
Pero no, era broma. Si hay una cosa que realmente marcó a cualquier persona que creciera en esa década ésa fue…
¡LAS MODAS ABSURDAS QUE DURABAN MUY POCO Y SIEMPRE LLEGABAS TARDE!
Probablemente no te acuerdas porque ahora vas de individua independiente con mucha personalidad, pero en los 90 cambiabas de cosa favorita cada semana. ¿O es que ya no te acuerdas de las FOTOCOPIAS? (Sí, pagábamos por que nos hicieron fotocopias de una fotocopia de un dibujo de Bola de Drac o de la Arare). ¿Y las cartas PERFUMADAS? (¡a la mierda el armario!) ¿Y los TAZOS? ¿Y los CUADROS DE TERCIOPELO NEGRO QUE TENÍAS QUE PINTAR CON ROTUS?
Y, por supuesto, los CHINITOS DE LA SUERTE.
SPOILER: No daban suerte!!!
Y el que dice CHINITOS dice CHUPETES DE COLORES:
O las PULSERAS DE TODOS LOS COLORES Y MATERIALES (PROBABLEMENTE TÓXICOS):
Aunque lo que más, más, más, más nos volvió locos en los 90 fueron las chuches y LOS CROMOS. Todo llevaba un cromo coleccionable y había colecciones de cualquier cosa. Te hacías álbumes de jugadores de fútbol sin ni siquiera tener muy claro qué era el fútbol ni por qué tenía que gustarte; y te volvías loca cuando salía el álbum de cromos de La Sirenita. Aunque si hubo una cole de cromos original que todos teníamos que completar… ésa fue la de…
LOS TOIS
¡La de Bollycaos que nos zampamos solo para ver qué TOI te salía! (Y claro, ahora que si por qué me cuesta tanto comer sano. ¡POR LOS TOIS, TÍA!)
Como puedes comprobar los 90 fueron unos años en los que podíamos entretenernos con miles de cosas que, casualmente, nunca eran gratis. Pero a pesar de todo, cuando tus nietos (have faith, sister) te digan que se aburren porque no saben con qué jugar… recuérdale que en los 90 nos pasábamos horas entretenidos viendo UN MUELLE DE COLORINCHIS BAJANDO UNA ESCALERA: